Prosa de Elvira Alejandra Quintero
Sobre delgadas calles como huesos voy desandando un sueño que insiste en revelarme otro territorio.
Abro un ojal en el aire para nombrar cualquier palabra, pero me voy por él, me voy, aunque alguna huella trate de alcanzarme aferrándose en alguna parte de mí.
Me lanzo al abismo de los andenes y me entrego a la soledad como los otros caminantes. Me disfrazo con los días y las noches que el tiempo no me ha permitido olvidar. Me vuelvo río y calendario, caracol que alucina la mañana y sueña sobre extensos arenales.
Soy mi sueño de anoche mientras voy por los andenes. Baratijas y abalorios tientan mi deseo. Voces sin melodía ninguna murmuran verdades sin trascender el tiempo. Pieles cansadas bajo la lluvia densa lanzan junto a mis ojos miradas de embriaguez y hastío.
Miro el punto de fuga donde el tiempo se nubla recostado en las paredes y vuelvo sobre mi sueño, calendario y río, desde el ojal que invento sobre estas calles sin esquinas.
© Elvira Alejandra Quintero
Foto: Gustavo Tisocco
4 comentarios:
Impecable tu poema Elvira ¡ me encantó!
Tremenda, pequeña y gran prosa, Elvira. Profunda, existencialista.
Irse por el ojal...¡què buena idea!
Gracias mil
Andrea
Un día de rutina, que ha cansado los días.
Todo igual. Lo mismo.
Aburrido.
Son los días.
Gran descripción
Atrevidas y bellas metáforas acerca del sueño y el tiempo. Me conmovió tu poema, querida Alejandra,besos.
Jorge Luis Estrella
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