
LECTURAS
Y esperabas el arribo de la siesta
para leer tu diario en llamas
en la hueca reposera del silencio
Ya callados los pájaros
bajo amenaza el viento
dominando el motín de los sentidos
te ibas fundiendo a la intemperie
y ni siquiera la llegada de la noche
lograba divorciarte del paisaje
Apetencia voraz de tu intelecto
Genio y figura
Así caías de la tinta a la catrera
con la sola gimnasia de unos párpados
obligados penosamente al sueño
Las brasitas del día arrinconadas al fin
y la rumiada pastura de un periódico.
.......................A Olaf Stapledon
© Eduardo Espósito
Foto: Gustavo Tisocco
Excelente poema.
ResponderEliminarGracias, Liliana!
ResponderEliminarSimplemente hermoso Eduardo.
ResponderEliminarEduardo ... le hubiera encantado este poema a mi abuela Rosario que me decía
ResponderEliminar-Ay, mi hija, no puedo con este vicio ... si no leo, no duermo !!!-
A esta nieta de la abuela Rosario también le encantó. Gracias !!!
Lía Miersch
Se llenan los ojos con las imagenes descriptas Edu. Poder transmitir a través de ellas no es poca cosa. Felicitaciones.
ResponderEliminarLily Chavez
TE FELICITO!!!
ResponderEliminarEduardo, no puedo menos que sentirme identificada, no sería el diario pero sí la adicción a los libros en todos sus formatos y...
ResponderEliminarBellas las imágenes "las brasitas del día arrinconadas al fin" y "la gimanasia de párpados". Muy buen poema
Marta Ortiz
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarMagnífico poema, Eduardo. Un abrazo