FINCA DE SAN VICENTE
Estoy frente a tu casa
de blancas paredes
de dulces enredaderas
de calladas palabras.
Corrí para acercarme
llegué antes de tiempo,
las ventanas cerradas
los cuerpos abiertos.
¿Dónde estás Federico?
Respirar apenas puedo.
Quiero y no quiero
mirarme en tus manos,
resplandecer en tu obscuridad,
detener los trenes.
Tengo y no tengo
un bisturí de doble filo
siete palomas en mi pecho
siete caballeros de Santiago
siete ramilletes de toronjil
........................... romero
........................... hierbabuena.
© David Rosales
Foto: Gustavo Tisocco
Querido David... llegar antes de tiempo.... qué bello y qué cierto tantas veces! gracias por compartir
ResponderEliminar¡Todos extrañamos tanto a Federico, David! Pero pocos, dotados como vos, pueden traérnoslo de regreso en su poesía viva.
ResponderEliminarAplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León
David hermoso poema-homenaje, donde el duende de Federico se adivina en cada estrofa. Bravo.
ResponderEliminarDavid
ResponderEliminarEmotivo poema homenaje para un grande. Su magia flota en cada verso, su espíritu te acompaña en esa música inolvidable. Eduardo Chaves
Cuándo se trata de un homenaje de alguien que dejó una huella al partir siempre el poema es emotivo y arranca melodias del alma al leerlo
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Llegar es la cosa, no quedar en el intento.
ResponderEliminarProfundos tus versos, sentidos.
Un placer leerte.
Cariños