¿Por qué esos ojos así
tan redondos
tan de pedir?
Tan redondos como las escudillas que se tienden
piquitos de pichones abiertos en O
hacia una madre inexistente.
Aserrín aserrán
piden pan les dan poxirrán
¿piden queso y ni siquiera les dan un beso?
Son ojos de leche de sopa de guiso
y tendrían que ser de juegos de risa.
Son pibes de Ceilán, de Nigeria, de la villa Carlos Gardel.
Porque el hambre no tiene patria:
........... nace del oro
........... crece crece
........... y no hay quimio que la contenga.
¡Meidei! ¡Meidei!
gritan los ojos en perdición.
Pero las escudillas siguen vacías.
© Paulina Juszko
Pintura: Kathe Kollwitz
Excelente poema, durísimo y esencial.
ResponderEliminarPaulina: un poema muy sentido, muy auténtico, que se une al sentido de la pintura, harto expresiva. El ritmo de canción infantil hace aún más angustiosa la situación , y su universalidad se expande en esa O gigante que advertís en sus bocas. ¡Logradísimo! Irene Marks
ResponderEliminarque nos esta pasando Paulina, digo como género humano, que permitimos que ocurran las cosas terribles que ocurren con los niños????
ResponderEliminarPaulina:
ResponderEliminarNunca mejor expresados la verdad y el dolor que trasmite la imágen.
Excelente tu poema!
Un abrazo.
Tere Vaccaro.
Paulina, una poesía esencial, necesaria... dolorosa si, pero notable desde todo punto de vista.
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