
es el peso en la espalda lo que obliga
siglos de sumisión más allá
de la vergüenza y de las manos
no conocen la caricia del sol
sólo su acecho implacable
la sed los obliga a bajar la cabeza
la vieja fatiga de los años y los sueños
que se evaden
pero hay algo esperanzado en la búsqueda
algo tan flexible y tan fuerte como un cañaveral
su corazón incesante
© Graciela Caprarulo
Pintura: Mario Mollari
MUY BUENA INTERPRETACIÓN, SALUDOS
ResponderEliminarANAHI D.B.
Y sí, son siglos de sumisión... y los poetas tenemos que cantar por la justicia, para que no se dobleguen/ ni nos dobleguemos . Hermoso poema . Mi cariñoso saludo. Maria Julia Druille
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarAunque anticipado¡Felices Fiestas y un año de buena vida.
Maria Cristina Fervier
Graciela, me gustó esta interpretación de la imágen donde prevalece la esperanza. Parece ser la misma del oleo "Cañeros" de Mario Mollari.
ResponderEliminarGracias.
Andrea
"La esperanza del cañaveral"¡Cuán significativo!
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela:
ResponderEliminarEmociona la fuerza de ese corazón incesante.
Muy Bueno!
Tere Vaccaro.
tu poema yergue la cabeza que la indolencia ha mantenido mirando el piso tantos siglos. hermosísimo, en grado máximo. susana zazzetti
ResponderEliminarMUY BUEN POEMA, CURVO BAJO EL PESO DEL QUE HABLÁS. TODOS AL LEERLOS TENDEMOS A INCLINARNOS.
ResponderEliminarun abrazo
Isabel LLorca Bosco
Magnífico poema Graciela!
ResponderEliminarHermoso poema Graciela...rescatar el corazón y los sueños a pesar de todo el dolor de siglos, besos, María Chapp
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