Sombría religión de caracoles dormidos
en las cenizas,
los parásitos de la luz contemplan
la caparazón que contienen mis ojos rodeados de líquenes.
Corazón atado -pendulante- atravesado de alambres de púas.
Sostenido; incrustado en la frágil
columna de ramas.
Costillas que rodean mi carne
aprisionan en sus catacumbas
a órganos cansados del tiempo
y la decadencia.
© Leonardo Gasstón Herrmann
Muy bueno.
ResponderEliminarSi Dios creó al ser humano bien se lo puede llamar "Creador tenebroso". Y así te llamo yo a vos, querido amigo.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella