AL MORIR
Al morir, voy a restaurar tu derecho
y, asiendo penas para ti nocivas,
expiaré las culpas que te son lesivas
con sufrimientos, en la cruz, desecho.
Muero, pero mientras esté en tu pecho,
me guardarás en tus nostalgias vivas,
esperando auroras de luz festivas,
para gozar juntos en lazo estrecho.
Tras mi dolor y de mi cruel quebranto,
vendrá la gloria y la total templanza,
pues justifico y soy justificado.
Llegando el triunfo, concluido el espanto,
se hará la paz y habrá larga esperanza,
pues glorifico y soy glorificado.
© Camilo Valverde Mudarra
Camilo: qué sentido!! Bravo amigo!!
ResponderEliminarMi abrazo
¡Muy bello tu soneto, Camilo!
ResponderEliminarEs un verdadero canto de amor, de fe y de esperanza.
Aplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León
Qué fuerte este soneto...bello,lleno de esperanza Camilo.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Borgogno
Camilo, me agrada encontrar tu espiritualidad tan necesaria
ResponderEliminarUn gran abrazo querido amigo
Betty
Querido Camilo: qué bello misticismo, cuanto trabajo espiritual y poético en tu soneto, un abrazo enorme, María Chapp
ResponderEliminarA todas Vosotras quiero agradecerles su astención y cariño que me muestran en sus amables comentarios.Muchas gracias. Camilo
ResponderEliminarMi admiración para quien se atreve al soneto y sale airoso.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Camilo:
ResponderEliminarBellísimo soneto, canto a la fe y a la esperanza.
Cuanta certidumbre y credo has mostrado y entregado con tus letras.
Por siempre,
Sonia