PARAÍSO
El paraíso del cetáceo es el abismo,
geografía del canto y de las sílabas primarias
suspendidas en sal.
Allí el leve deslizarse de un cuerpo
en la espesura de las sombras,
labios de párpado,
mandíbulas rosadas,
cuerpo improbable
que no medirá la tierra,
fecunda cópula en el lecho más fértil.
El cetáceo habita un lugar sin aliento
en donde el tiempo se pierde,
un reloj espectral sin noche y sin medida,
alejado del hombre,
en la ilimitada órbita de las olas.
El paraíso del hombre es el verbo,
áspera aproximación al canto,
eco de un dios insondable, murmullo de un ángel apócrifo,
rescoldo del dorado vagar de una edad perdida,
dominación o éxtasis.
El paraíso del hombre es la ausencia, tal vez la desmemoria,
un confuso arenal donde los pasos se pierden.
© Francisco X. Fernández Naval
Dos paraísos igualmente abismales y profundos: El abismo, la oscuridad, el silencio... para el cetáceo. La palabra, la ausencia, la desmemoria, para el hombre.
ResponderEliminar¡Imprescindible, tu poema, Francisco! De antología.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
El paraíso del cetáceo y lo que lo rodea, tan misterioso para nosotros y tan natural, excelente poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Brillante poema. Realmente destacable. Un abrazo
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