TOMA SU PEQUEÑA MANO TRISTE
Pero escucha, mira
qué es eso, un hombre?
Qué es ese oscuro pelaje
con dientes de culebra
gritando, agazapado?
Deja, no, no mires
..............no mires,
ese es el odio, la muerte
el esponjoso vidrio del mal.
Esa es la guerra.
Pero mira aquel hermano,
............................allá.
El no escuchado.
El olvidado.
Toma su pequeña mano triste,
amorosamente.
Oh! Bondad, Bondad Infinita
estás allí.
Pero escucha, qué dice este hombre?
Y aquel otro?
Sientes, entonces, el gran aliento
sobre el corazón roto?
Sientes cómo las sombras huyen?
(Oh! cráneos golpeados y humillados,
tantas cenizas en la intemperie fría!)
Pero está tu voz
..................y el gran abanico
de las pequeñas y grandes criaturas.
Sí, como un puente de palomas,
un gran campo manantial
un encuentro, la paz, un encuentro.
Oh Dios, Oh, Dios, Oh, Dios!
© Amalia Mercedes Abaria
Un mensaje importante.
ResponderEliminarOh Dios!!
Un abrazo poeta!!
Gustavo, muchas gracias por la publicación de este poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Amalia
EL BIEN Y EL MAL COMO DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA uN ABRAZO AMALIA
ResponderEliminarEl desgarramiento de la guerra vívidamente denunciado, la repugnancia que en la poeta provoca el odio, son signos de una evolución hacia una humanidad más justa, donde no se tenga que clamar a los cielos desesperadamente como con certeza lo hace Amalia en el último verso. Ojalá se cumpla el sueño, Amalia, por todos. Excelente poema Irene Marks
ResponderEliminarGracias Irene, ojalá sea así. Un beso.Amalia
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