
Duerme desde hace tiempo
con las cuencas vacías,
un dedo amputado
y lágrimas que no mojan.
La dejaron allí, otras manos,
(¿O las mismas manos mías hace cuánto?)
Y allí está
olvidada y juiciosa,
quieta
desnuda y sola.
Era su nombre Diana.
¿Será así, Diana, todavía de loza?
Le ensortijaba el cabello
de lana suave,
oscura,
y ella se estremecía
en su cuerpo de estopa.
© Susana Giraudo
¿Será ese el destino final de algunos juguetes? ¿recordarnos que alguna vez fueron lozanos y bellos? ¿Traernos la nostalgia del tiempo en que nosotros eramos lozanos y bellos y jugábamos con ellos? Y les poníamos nombres, y dormían en nuestra cama... no solos en el desván. ¿Se nota que me gustó?
ResponderEliminaray, Su, me parte el alma este poema: tan delicado, tan lleno de recuerdos y de infancia, tanta vida en esa muñeca. un abrazo a las dos. susana zazzetti.
ResponderEliminarQue hermoso Su querida, sin duda ese debe ser el destino de todas las muñecas , tambien las dejé abandonadas aunque no eran Diana, lo mismo las recuerdo
ResponderEliminarabrazo
maria elena tolosa
Susana:
ResponderEliminarMuy bello tu poema. La nostalgia plasmada en esos recuerdos in fantiles llena de vida y sentimiento al lector.
Saludos, Camilo
todas tenemos alguna Diana por ahí. Muy bueno!
ResponderEliminarPrecioso, Su, abracito!!!
ResponderEliminardulce muñeca y dulces juegos,como
ResponderEliminarmi 1ºmecano oxidado incompleto don
de aprendiamos a servir a querer
Susana Giraudo Gracias por Tu Poe
ma,por tener lugar todavia para
esa Niña Abrazo Angel.
añoranza y excelente trabajo
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz