EXILIADO
A Enrique Anderson Imbert
Existe el desterrado y existe la costumbre
que transforma el castigo en una espiga;
existe la costumbre de olvidarse
del nombre de la tierra
y formar otro nido, en otra orilla,
y vendarse la herida con restos de bandera.
Caen destronados los reyes de la infancia,
se buscan los paisajes
de la ciudad amada
y el hombre antiguo se desangra y calla.
Nace y muere cien veces una noche
por hallar la Cruz del Sur sobre su frente,
pero ve que la cruz está en su espalda
y en sus pies la simiente
que dejará sus frutos en una tierra extraña.
Del otro, del que era, ni acordarse.
A él, Buenos Aires le duele en el costado
pero la lleva a cuestas por el mundo
como una escarapela del destierro.
Hubiera sido cómodo
dejarla en el estuario
y jugar a olvidarla poco a poco.
Pero eligió fundarla en todas partes,
como una medalla lucirla en la solapa,
y celebrar en versos a la tierra nativa
con la lealtad y el fuego
de una lágrima.
© Ester de Izaguirre
Hermosa oda al exiliado, te felicito. Me conmovió. Bellos versos finales.
ResponderEliminarMe conmovió tan bello poema, dicho con palabras tan precisas
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Preciosa obra. Encierra en su inicio y en su final, todo el sentir de la persona que decide dar vuelta las páginas de su vida,para crecer, para ascender creando,en lugar de volver a las entrañas en una involución sin dignidad y sin contar de sus luchas
ResponderEliminarP r e c i o s a
Excelente. Dicen "los que saben", que un verso, una imagen lograda, hacen el poema. Aquí hay una catarata de imágenes: "y vendarse la herida con restos de bandera" "por hallar la Cruz del Sur sobre su frente, pero ve que la Cruz está en su espalda" "Con la lealtad y el fuego de una lágrima"
ResponderEliminarExcelente. Si un verso, una imagen hacen el poema, aquí hay una catarata de imágenes: "y vendarse la herida con restos de bandera" "por hallar la Cruz del Sur sobre su frente, pero ve que la Cruz está en su espalda" "con la lealtad y el fuego de una lágrima"
ResponderEliminarBello el poema, como siempre Señora. Humedecido de un dulce dolor, sobresaltado por lo inexorable de que exiliado, sigue amando y sufre. Gracias por su poesía. Siempre.
ResponderEliminarEster, alta poesía la suya!!!
ResponderEliminartodo un placer leerla
Querida Ester, muy buena tu poesía.Ese deambular que refunda una y otra vez su lugar en el mundo. El fundarse uno misma más de una vez. Hermoso lenguaje. Beso enorme. Te extraño.
ResponderEliminarEsther querida, tanto tiempo. No tengo más palabras para ese magnífico poema, para tu obra poética en general. Está todo dicho y no dicho. Qué poeta grande. Te abrazo.
ResponderEliminarEmilce Strucchi
Conmueve el poema, con todo lo tuyo Esther. Hay algo mágico en tu voz. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
un poema para releer, sin dudas
ResponderEliminarsaludos
anahi Duzevich Bezoz
Me encanta tu poema, Esther. Gracias por compartirlo. Tiene la fuerza de una emoción, belleza literaria y es metáfora de una realidad.
ResponderEliminarme gusto mucho!!
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