Cancioncilla
Despertad del amor
la cara alegre,
y dejad que dormida
la triste quede.
No. Despertad la triste.
Que entre las sienes
socavadas del sueño
quede la alegre.
No. Despertad las dos.
Que me contemplen
con la mirada abierta,
conjuntamente.
No. Dejadlas dormidas.
No se despierten.
Que si llora la triste
lloro yo por la alegre.
© María Granata

Geniaaaaaaa
ResponderEliminarQué fantástico tu poema! Gracias por escribir así.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Alicia Márquez
Unica y maravillosa!
ResponderEliminarQué belleza ...ay ese final❤️🌱
ResponderEliminar¡Lindo! Pauli
ResponderEliminarTan simple, tan cierto, tan bello. Gracias María Granata. Ganas de leerte más.
ResponderEliminarMuy bueno!
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