Al final de la fiesta lo conocí.
Es la barra una pasarela de soledades.
Me invitó cerveza con acento porteño.
Se presentó e imaginé su rayo
traspasándome.
Son tiernos los nombres
que comienzan con M, pensé.
Dijo Asunción como una pregunta.
Le lancé sus miserias y urgencias,
un beso desilusionado.
Amenazó madrugada
y ofrecí garganta
antes que corazón,
como lo único profundo
que me queda.
© Edu Barreto
Poema de la soledad poema de nuches.. y su final inimaginable y tan doloroso.
ResponderEliminarte recuerdo en el vivo de gustavo. y no olvides, pese a todo, siempre te queda algo más. susana zazzetti
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