Poema de Margarita Soto Frossard

 

Puertas  se abren mudas

Marcos de puertas añejas,

aroma rancio,

con mil evocaciones,

esperan entre las ruinas.

Tinieblas de mariposas brincan en la brisa

sobre aquella vivienda,

un azul verdoso disfraza su desnudez.

Las puertas  vestidas de añoranza

disponen fastidio a la humedad,

carcomen los rastros

recubiertos de sonrisas.             

Desean regresar

a los portazos  de un pasado de adolescencia,

ellos eran dueños.

Las portezuelas extorsionan al tiempo

para que los  límites desaparezcan.                      

Ahora mudas, zambullidas en carencia,

abren su silencio al aire                                     

como pescadoras de  nostalgias,

atrapan los alientos en el umbral,

recorren las esquinas de la nada,

se aferran a  las últimas emociones

que se hamacan al costado de los recuerdos.

 

© Margarita Soto Frossard