Agua de sol
—I—
Agua que no ande quieta
ni tibia
ni more lejos de lo que ha amado.
Líquido inmenso
a golpe de ola
y corriente honda.
Agua que encandile
y guarde pájaros
agua de sol
que orille.
—II—
Si es que hay que morir
entonces
que la muerte sea agua.
Agua para mecer flores
y acunarlas en vaivén
como se acuna a las hijas.
© Analía Florio

Un poema necesario, homenaje a aquello que nos nutre. Muy bello! Bea Belfiore
ResponderEliminarSU SINGULARRIDAD, ME CAUTIVA. MUY HERMOSO.. AGUA Y FLORES= MUERTE NUTRICIA
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