Traías un fuentón repleto
de corazones dulces
damascos decías
con la voz contenida de agua.
Los lavabas uno a uno mientras
los partías a la mitad
y los carozos,
formaban una torre
al lado
de nuestras manos
húmedas.
Algunos se deshacían
antes de partirlos
en la boca.
© Mauricio Giulietti
Poemazo
ResponderEliminarMuchas gracias !
ResponderEliminarBebo
ResponderEliminarHermoso❤️
ResponderEliminarSensual y palpable...
ResponderEliminarGreat!
Salute desde Córdoba, gracias Pedro
hermoso.
ResponderEliminarQué belleza
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