Ola de Kanagawa
Lloro como el día
que no para de llover
las gotas caen furiosas
sobre el asfalto,
como si una lluvia
pudiera lavar
todo el dolor
de un pueblo ardiendo
para salir del maltrato.
Lloro como el día
que no para de mojarme la oreja
y probarme
hasta dónde resisto, poema
sin hacerme nube gris
sino ola de Kanagawa
que comprende
la grandeza del mundo.
© Paola Reta
El ser es pequeño ante tanta inmensidad, pero la palabra lo salta. Gracias!
ResponderEliminarSoy parte de ese pueblo ardiendo y también lloro, Paola. Me gustô tu poema. Pauli
ResponderEliminarCuánta belleza en ésta poesía. Gracias querida ❤️
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