Brumas
Oís la lluvia
y, aunque haya márgenes para el error,
recordás. La canilla gotea
en un lugar de la noche
pero las imágenes no son lo que fueron:
un latón oxidado
con malvones,
el disco de pasta de Los Beatles.
El viento aúlla
y oís
tu respiración. Pensás
todo es difuso. Ahora
como ayer
la lluvia es el poema
y llueve.
El viento sacude el cañaveral
El poema se vuelve escalofrío
y lo recitás
en voz baja
como queriendo nombrar
a quien se fue para siempre bajo la lluvia.
© José Luis Frasinetti
Precioso poema
ResponderEliminarComo bien ha señalado Valeria Pariso respecto de tu obra... el poeta atiende a lo que no se ve con claridad, a lo que apenas se escucha...Atiende y corre el velo de la niebla... Gracias!
ResponderEliminarSaber que los sonidos que te habitan son poemas que se aferran a recuerdos es pintar el paisaje de la vida con palabras.
ResponderEliminarY qué remate. Tremendo poema. Felicitaciones y gracias por compartirlo. Saludos cordiales
ResponderEliminarCristian Jesús Gentile
Hermoso. Fabiana León
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