Las aguas nos desconocen
Tenemos que esperar, te digo
Sí, esperemos.
(Habíamos gritado ayer bajo
la lluvia)
(En sitios diferentes habíamos gritado
sin refugio)
Ahora llueve y ese gorrión
(ave se dice, te digo)
se refugia justo debajo de tu pie.
La lluvia que no para, el pie inmóvil
cuidadoso de no herir.
El gorrión se agita. No es
que desconfíe, es que ése
no es su sitio. Se va.
Pero vuelve.
No le queda otra, bicho mojado, de
miedo, que volver a su refugio, el pie quieto.
(No es un bicho, es un ave, te digo)
Y yo muevo los pies, la mirada
afuera. Allí donde esos dos pajaritos
bajo la lluvia duermen
en la rama exacta.
(No son pajaritos, me decís, son aves.)
Los nombres se inquietan de esperar
y yo, aquí, no me
hallo, decimos.
© Susana Szwarc
Potentísimo Susana!
ResponderEliminar"La lluvia que no para, el pie inmóvil/ cuidadoso de no herir..."
Estupendo. Gracias!
gracias por tu lectura!
EliminarTremendo. 'Los nombres se inquietan de esperar y yo, aquí, no me hallo, decimos'. 🖤🖤🖤
ResponderEliminarAy, cuánto de lo no dicho leemos entre líneas! Puedo ver cada movimiento de la escena, sentir la incomodidad. Gracias, Susana.
ResponderEliminarGracias!
EliminarBrava, Su✨️💜 ¡Siempre!
ResponderEliminarMaravilloso. Muy bello.
ResponderEliminarQué belleza tu voz poeta.❤️🦋
ResponderEliminarQué belleza tu voz poeta. ❤️🦋
ResponderEliminarmuchas gracias!
EliminarBelleza con lluvia, pie que se guarda de herir, ave o gorrión, miradas, palabras que a veces se gritan. Gractas Susana! Abrazo, Marta Ortiz
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