Mandamientos
Parte el tren de la estación de las lluvias.
Liberalidad. Donaire. Juegos de sombras.
Los ecos de un perfil, como un glissando, se extienden,
grises,
sobre las arenas
de amianto y de caoba.
Llama la pasión. Nadie responde.
El via crucis ya quedó desmontado. Apenas
una tramoya de látigos y espinas. Sin audiencia.
Sin héroe ni feligresía ni turba que le ladre.
Mascarada. (Volverán. Mañana, a la misma hora.)
Ánimas de incienso y de pecado
y algunas reglas prácticas para sostener la ficción.
No matarás.
No comerás congrio ni tocino.
Amarás a tu esclavo como a ti mismo.
No desearás.
Abandonarás padre y madre para evitarles el espectáculo de
tu soledad.
Gira sobre tus talones.
Mira la radiante corona de Eufrosine, allí, bajo la nieve,
calcinada.
Parte el tren.
La tarde se ha puesto tensa
como una bordona.
© Mercedes Roffé
Impactante, Mercedes. Gracias,
ResponderEliminarGracias. Movilizador .
ResponderEliminarPerfecto y bello poema!
ResponderEliminarMe encantó. Qué buen manejo del lenguaje. Gracias!
ResponderEliminar🧡🧡✨
ResponderEliminarExcelente y conmovedor querida poeta
ResponderEliminarLeonor Mauvecin