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15/2/25

Poema de Pablo Duca

  


Desde el brazo mecánico de la máquina agarra peluches se puede ver

todo el territorio del poema las palabras las letras derretidas

fundidas unas con otras por el sol y el agobio de la espera

al poeta que busca en su idioma materno

cómo traducir al papel su propio miedo a la muerte

el brazo mecánico se detiene brusco tenso paralítico con la mano

en garra con ofuscación ansiosa descreído con una palabra a medio soltar

nadie confía en que la pereza del escriba revolucione a este poema

el poeta está congelado recién salido de la heladera humana

(todo ser humano está recién salido de una heladera a las 5 de la tarde)

se pregunta si en vez de una máquina agarra peluches Dios

le hubiera dado una pistola o un Joy stick para disparar palabras

y no hay razón para pensar que esas letras derretidas

por la pesadumbre de la tarde se vuelvan rígidas de hierro

vayan a conformar un verso con ritmo o sentido

y le dé movimiento a esta letanía de noviembre

a este pegajoso mundo plástico que se derrumba

y el brazo suelta una palabra como siempre para que el niño llore

(toda máquina fue creada para que un niño llore

sea la hora que sea)

a este Joy stick en el que se ha transformado la garra del brazo

a este atónito poeta que no deja de leer el diario y piensa

una y otra vez

en el cráneo en la palabra que lo perfora

y en cómo se llama la muerte.

 

© Pablo Duca

7 comentarios:

  1. Potente e ingenioso poema Pablo. ¿Habrá un dios detrás de Dios jugándonos? / ¿Cómo se llamará la muerte?
    Saludo desde Córdoba

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  2. María Elena Gómez Link15 de febrero de 2025, 20:06

    Me encantó! Qué maravilla!

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  3. Muy bueno. Admiro cuando en un poema se usan tan acertadamente los paréntesis. Bravo

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  4. Mabel Sierra Karst17 de febrero de 2025, 8:42

    Lo poético en cada lugar, en todo momento! Muy lindo

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