Hubiese tenido que brindar
en vasos de vidrio no en copas de cristal
al romperse
la amistad de cristal
cuántas estalactitas brillantes se esparcieron por el suelo
dando todavía señales de belleza
y esplendor
pero ni el más dedicado artista japonés
es capaz de pegar y componer
las invisibles nervaduras expandidas
de lo quebrado
con oro
pero si hubiesen chocado en el aire
dos vasos de vidrio grueso
al caer
quizás
aún estarían/estaríamos rodando
ruidosas
para llamarnos la atención.
© Inés Legarreta
Muy bueno Inés. Saludo
ResponderEliminar¡¡Felicitaciones, Inés!!
ResponderEliminarMuy linda lindo
ResponderEliminarMuy lindo
ResponderEliminarFelicitaciones!!! Hermosa tu poesía!!! Cristina Noguera
ResponderEliminarHermoso!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios. Abrazo, Inés
ResponderEliminarQuizás el vidrio perdure un poquito. Pero a lo roto... ni el oro.
ResponderEliminarBello poema, Inés.
Abrazo,
Alicia Márquez
Restos de cristal, polvo de estrellas, la sal de las lágrimas!
ResponderEliminarBellísimo!!!
ResponderEliminarStella Maris Soria
Muy cierto querida Inés
ResponderEliminarLeonor Mauvecin
Acertados sîmbolos en un bello poema. Pauli
ResponderEliminarMuy bueno tu poema.
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