-Por las noches... (a mi viejo, que sueña que se durmió)
Vuelvo por las noches,
vuelvo cada noche.
¿Esta es tu calma?
Mis pies se mojan;
la niebla en tu orilla
no trae calma, así es hermosa…
Algún humo danza en mis dedos
y yo danzo en el humo
y olvido.
Olvido las palabras del olvido,
recorro tu silencio.
Tu silencio es un viento jugando en tus hojas;
tus hojas caen al agua,
en la niebla de tu orilla.
Tu orilla es una sombra
que vuelve por las noches,
cada noche.
Mojados en tu sombra,
mis pies
son el humo que danza tu silencio
que me recorre por las noches,
cada noche.
© Darío Würtz Paiva
Qué hermoso, qué triste, qué vida
ResponderEliminarQué hermoso, qué triste, qué vida
ResponderEliminarProfundo poema, para seguir pensando.
ResponderEliminarAnahi Duzevich Bezoz
Emociona. Cristina Noguera
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