Creí que había salido pero solo
me había aquietado. Está cubierta de matices
la casa, dispersos verdes
manchones de clorofila atravesada
de raíces colgajos campanitas del color
de los muertos, llaman insectos, me vigilan.
No se sacuden las casas
no pueden, se dejan enredar.
© Corina Iglesias
Gracias Gus! Un honor estar aquí. Abrazo enorme!
ResponderEliminarHermoso poema
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