De dónde sacaremos la ternura
lo decoroso
para decir las cosas como no pueden ser
con la pulcritud del bel canto.
En esta trazadura de hormigón
no vemos nada.
Elegimos para decir
la vida que nos pasa,
como un gato lustroso entre almohadones;
la tibieza negadora,
los sabores que hartan de alegría.
Imposible tocar lo que, de verdad,
lástima o entristece
con cierta convicción.
Alejamos al poema de todo sobresalto
¿Quién escribe en el límite?
¿En qué lugar del borde
tenemos puesto un ojo
para evitar que el resplandor lo astille?
© Alejandro Méndez Casariego
¿Quién escribe en el límite?
ResponderEliminarPalabra calificada Alejandro Méndez Casariego.
Saludo desde Córdoba
Bellisimo y profundo. Gracias Ale y Gus
ResponderEliminarAy! Cómo no astillarse!
ResponderEliminarHermoso poema
ResponderEliminarDelicado hasta donde se puede!Sin abandonarnos en el dolor!
ResponderEliminarGracias!
Graciela Corrao
Particularmente, los poemas con preguntas, me pueden... Me interpelan más allá de lo que leo como interrogante. Hermoso Ale!
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