Soñé que te acariciaba los párpados
Todavía escucho te quiero
cuando despierto.
Es probable que también
lo haya dicho.
Cuesta sostener el cuerpo así
asumir la diferencia
entre mi casa y la tuya
aislarse entre paredes.
Afuera hace miedo.
Las pesadillas crecen
con esa lógica perversa
de las invasiones.
Puede que a todos
nos pase lo mismo.
Adentro es el dolor.
¿Quién lleva la cuenta
de la gente que no resiste
la cura de estar lejos?
Un número
es sólo distancia.
© Marina Coronel
Me gustó mucho Marina! Gracias!
ResponderEliminarquién llevará esa cuenta, no? durísima pregunta. Hermoso poema.
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