Umbral
En el umbral de su muerte nos despedimos
Le puse perfume en la frente y lo peiné
Le saltó una lágrima
Ya no pudimos comunicarnos con palabras
Le acaricié la cabeza y salí en puntas de pie
Avisé que me iba
Bajé las escaleras, casi con cierto descaro
Una bronca inocente, para intentar ahuyentar la melancolía
(sabía que la muerte, ladrona finita me lo iba a robar)
© Araceli Otamendi
Poema de la despedida. Abrazo, Catalina Boccardo
ResponderEliminarGracias por el comentario Catalina
ResponderEliminarConciso y depurado trabajo de la Otamendi, exento de todo ripio: la alusión a la inminencia del final dotada de un dramatismo que salta acertadamente el peligroso borde de lo sentimental y potencia así aún más el sentido último de todo el conjunto.
ResponderEliminarConmovedor. Pauli
ResponderEliminarTan triste y tan hermoso tu poema
ResponderEliminarGracias! Silvia
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