Aquí estoy
coronado por temor
en la
plenitud del símbolo.
Vivo con
estigmas
que devoran territorios
y que mis
ojos no descubren.
En un
terreno
que alguna
vez fue mío
cultivé rosas y jazmines
libre de
fantasmas y de íconos.
Con los
pies desnudos
en rutas de
presencias y memorias
volví mi
rostro al itinerario cierto
planté el
árbol
el árbol de la gracia y el olvido.
© Luis María Sobrón
diluida
presencia
los trenes
aplastan en el horizonte
los
despojos de la noche
en
dirección equivocada
un racimo
de luz
recorre
andenes deshabitados
obstinado
silencio
ronda la
casa de puertas cerradas
en ardor de
sombras
siluetas
sin rostro tapizan la intemperie
resisten el
olvido entre espejos rotos
una bruma
imaginaria
teje
utopías en celebre juego
de luz y
sombra
diluida
presencia se abraza a la memoria
para que no
agonicen las palabras.
© Olga Ferrari
Olga querida cómo no recordar al poeta Luis María Sobrón,y su inconfundible estilo, entre la razón y la musa.Amigo entrañable.
ResponderEliminarGracias por tu poema que transita nuestro ser y el clima creado, conduce hacia la llegada del poeta, "esa diluida presencia se abraza a la memoria para que no agonicen las palabras".
Abrazo
María Paula Mones Ruiz
Mi querida María Paula. Disfrutamos el cariño de nuestro querido poeta,inolvidable por cierto. Hoy,nuestro querido Gustavo Tisocco nos une en esta página.Revivirán las palabras,y en ellas recaceremos
ResponderEliminarMi abrazo para vos y Gustavo.
Olga Ferrari-
Buenísimos ambos poemas!¡Gracias Olga por traernos con Lucho Sobrón y tu poesía¡¡¡ ¡abrazo! Carlos Morteo
ResponderEliminarMe gustó este poema del poeta Sobrón.muy buena elección
ResponderEliminarTú poema es bello y logra que no agonicen las palabras.
Ana Romano