Modista
Mi madre
dominaba el mundo
desde el
pedal de una singer.
Ojos de
nena
recorrían
en detalle su vestido
entreabierto
como quien
acaricia.
La tela era
un collage
de hojas
esparcidas
por aquí
por allá
algunos
frutos.
Escándalo
de colores
sobre fondo
oscuro.
De ese
detalle
estaba
hecha la familia
y mi muñeca
de trapo.
Sólo heredé
la tijera
de abrir ojales.
Una mañana
de estas
voy a
cortar
el hilo.
© Sandra Gudiño
Con recuerdos, con ritmo, con suspenso.
ResponderEliminarCon poderoso final!!
Gracias por compartir.
Tere Vaccaro.
así; simplemente espectacular. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias por la lectura y los comentarios! Abrazos litorales!
ResponderEliminarbello , puntada a puntada logrando un bordado que invita a bordar
ResponderEliminarLenguaje de honduras femeninas este poema tan hermoso. Y ese tijera, ese hilo por cortar que abrirán ojal: ojo? Ventana?
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Oh mi querida, qué belleza!!!!
ResponderEliminarAndre
Yremendo final!!!
ResponderEliminarBesosss
Brava, Sandra! Reverencia, hermosa poeta.
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