Poema de Bibi Albert
MOEBIBIUS
Un acuerdo
conmigo.
Un pacto de
perdón.
Un entender que
todo estuvo bien
aunque no lo
parezca.
Un ser buril
compasivo, indoloro.
Ese tomar
distancia / necesario
para admirar la
obra / terminada jamás.
Esa exclamación.
Ese abrazo
pendiente
desde siempre
Acariciar mi
espalda,
sentirme el
corazón
como si lo
apoyara en otro pecho.
Adivinar el
trémulo calor de mi mejilla
contra otra
mejilla:
la del suave
consuelo de la soledad anaranjada.
Pegar barriga con
barriga
de esa otra mitad
que puedo ser
si me animo a saberme.
Y tentarme y
reírme
y que todo me
vibre y me sacuda:
la panza, la
mejilla, el pecho, el corazón,
las manos en la
espalda,
el suelo, los
zapatos,
la
reconciliación.
Perder la
compostura
como si hubiera
sido alguna vez compuesta.
Y no poder calmar
la carcajada
ni querer, quién
querría:
no hay forma de
reírse que no sea feliz.
Y quedar
extenuada,
con dolor de
mandíbula y estornudos latentes.
Y desmayar entre
los propios brazos.
Y despertar
enseguida
pero treinta años
antes.
Y entender que no
hay durante
sino sólo
principios y finales.
Y aplaudirme
de acá a la
eternidad / ida y vuelta, ida y vuelta.
© Bibi Albert
4 comentarios:
Hermoso poema que me hace mirarme en el espejo y sonreír desde tu palabra esperanzada
Un balance positivo y un buern poema.
Qué buen recorrido en esa tu moebibius, tomando distancia, volviendo, "que no se apaguen nunca / tu risa ni tus pasos" te diría el Pablo.
Verónica M. Capellino
Qué buen recorrido en esa tu moebibius, tomando distancia, volviendo, "que no se apaguen nunca / tu risa ni tus pasos" te diría el Pablo.
Verónica M. Capellino
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