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17/5/19

Poema de María Laura Coppié



Istikhaara* 

Quizás sería más sencillo
encarar al amor como a una receta de cocina.
Un bizcochuelo,
o mejor una mermelada,
acomodando los sentimientos en frascos,
sellándolos con un papel transparente
y una gomita elástica,
como si fueran lámparas de suave
y empalagosa luz.
Azúcar caliente y canela
acariciando el perfil y llenando el aire.
Una receta simple: preparar
los ingredientes, ponerlos
a un costado sabiendo
que si seguimos las instrucciones
nunca va a defraudarnos.
Antes de que se ponga el sol pasar
el dedo por el borde de vidrio, lamerlo
despacio y con certeza rompiendo
el ayuno al que a veces nos sometemos.
Pero nos tienta salir
de lo seguro. Cada paso
que damos hacia la puerta nos acerca
a las invisibles líneas de trampa:
cada uno es una regla rota,
pequeñitas transgresiones inadvertidas.
Nos exponemos a caminar bajo
gotas de lluvia punzantes
como avispas de verano,
a asomarnos a ventanas ajenas
donde vemos más de lo que queremos
hasta rogar quedar ciegos.
Y entonces lo almibarado se vuelve
miel salvaje y
ni frente al libro
encontramos la fórmula
para que nuestra fruta
deje de convertirse
inevitablemente
en cenizas.


*(en árabe) pedir a los sueños que nos traigan una respuesta.

© María Laura Coppié

6 comentarios:

  1. Talvez los sueños preserven la reseta. Impacta.

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  2. Me endulza y me amarga el corazón este poema pero su belleza me regocijo Abrazos

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  3. Originalidad y belleza en este poema que sintetiza lo acridulce de la condición humana.Un abrazo Isabel Llorca Bosco

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  4. Precioso tu poema. Subyuga y aterra a la vez... el amor y sus preguntas.

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