Debo haber malentendido algo*
No es infierno si te gusta cómo quema.
Alcanzan unos segundos para eliminar un
mundo.
Ya no quedan juramentos sagrados:
sólo el efímero registro
de la historia que cada uno se va contando.
No debimos confundir fuegos artificiales
con destino
y, sin embargo,
cuando en una de las vueltas del recorrido
enfrentamos el brillo del agua
casi me zambullo nuevamente.
Allá había dejado mi corona,
la medallita del
San-Expedito-encuentra-hogares
y la ilusión de lo inoxidable,
quizás todavía estuvieran las brasas
listas,
esos corazones crepitando en el barril,
nuestras sombras cuchicheando
-la suya y la mía-,
cada una doblada sobre sí misma,
colgada del alambrado como la ropa húmeda
olvidada después del denso verano.
Esa tarde Dios dirigió una película
increíble, ¿te acordás?
Telones fucsia y nubes ardiendo
mientras yo cebaba mates con lágrimas
y agua amarga como los besos de los peces,
y tarareábamos la música pendiente del
viaje anterior.
Buen nexo, éste de la unión vehicular,
dijimos,
justo cuando su nombre apareció en la
pantalla
y el latido interrumpido
y mi mal humor disimulado por el
apoyacabezas.
Mensajes a otros destinatarios,
kilómetros y kilómetros de ruta vacía
y la mulita que casi pisamos
y el mar gritando desde el espejo
retrovisor
volvé, acá sí te queremos, volvé.
Humanos, la más caníbal de las razas,
y encima obnubilados por esas épocas
reducidas a pobres reflexiones
en espejos que rompemos cuando nos vamos.
Convertimos todo en residuos, los humanos.
Y cavamos fosas a la intemperie aún
sabiendo
que no tiene sentido luchar contra los
muertos:
sus voces son implacables,
llevan los pies pesados
y el alma que les queda pequeñita
Pero no, manejá más, conductor designado.
Más, más lejos.
No me expondré a la desgarradora rutina
de los sitios que en otros tiempos
me fueron familiares.
Todavía soy la que llama al viento.
Y él me responde.
*A partir de un poema de Lawrence
Ferlinghetti, actividad realizada por Viajera Editorial. Mar del Plata, marzo
2018.
© María Laura Coppié
ResponderEliminar¡Bellísimo y desolador poema, amiga!
Un abrazo,
Alicia Márquez
Bello!
ResponderEliminarFlora L.
Muy bueno. Me encantó "agua amarga como los besos de los peces". Un beso grande. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarHermoso, Malala
ResponderEliminarUna perfecta obra de arte. Con varias capas, como de cebolla o mamushkas que van develando los misterios del amor y el desamor.
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