Hilo rojo, sal negra
Dice saber que ya nada puede separarnos
y me suelta la mano.
Vas a volver, siempre volvés,
dice.
Su certeza no entiende
mi pánico escénico,
ése
que aparece cuando se abre
el telón de lo eterno.
Me suelta
y yo avanzo en el espeso camino
de las zarzamoras y sus diminutos garfios
clavados en la culpa.
Dejo atrás
las ventanas sin vista al mar,
las fotos en las que nunca estamos,
los ridículos diminutivos.
Me suelta
justo el día
en el que celebramos
el aniversario de quién sabe qué
y me deja entre mirones morbosos
y caricias de helio,
entre témpanos y antojos.
Me suelta la mano
como cada fin de semana
y esos días sin paciencia.
Yo avanzo, siempre avanzo
aunque ande sin impermeable,
se hagan tan oscuras las cuatro de la tarde
y tenga las uñas sin pintar.
Avanzo por este
espeso camino circular
-permanente rotonda-.
Vuelvo, siempre vuelvo,
digo.
Y me agarro a su mano.
© María Laura Coppié
Dolor y belleza en poema
ResponderEliminarfloralevi
fUERTE Y BELLO gRACIAS aBRAZOS
ResponderEliminarEs desazón, desespero y rutina. Gran poema.
ResponderEliminarEl poema me gustó mucho. Mi imaginación inventó otro recorrido y, cuando llegó el final, quise cambiárselo, por justicia poética y de la otra. Me queda como una espina en el verso. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarMalala, esa fatalidad autoanunciada y autocumplida está muy bellamente dicha. Me gustó mucho. Beso.
ResponderEliminarMe emociona leerte Malala. Siempre esas imágenes tan amor dolor.
ResponderEliminarDiego Bennett
escucharlo en tu voz, vivís tanto en entonación tu palabra, maría laura, que me estremezco. hermosísimo!! susana zazzetti
ResponderEliminarLAS IMÁGENES DEL POEMA SON DE CONTENIDO FUERTE UN ABRAZO DE MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarsiempre vuelve a la mano del sostén. una escritura representa el corazón de las cosas, y la verdad consecuencia.
ResponderEliminarbello texto!!!!
abrazo
Ce.