Poema de María Laura Coppié
Maldito predictivo acusador
Él ama hacia el norte,
yo apunto al sur y sin embargo
cuando el vino y la piel se atraviesan,
acampamos en las bocas,
nos pesan los párpados y las manos
empiezan a construir escenas.
Ésta es nuestra comunión:
él mordiendo la madera
-el altar de nuestro dios-,
tocando esa guitarra que supo germinar
y traer florecido al sol desde su centro.
Abraza la raíz que nos une,
la pone a cantar ronca y muy nuestra
y tanto lo quiero pero ya no es poema,
la voz que en otra voz brota // fruta jugosa.
Ya no es el olor a hogar ni el que espera paciente
hasta que sea luna llena.
Hacemos las paces.
Una nana seca mece
la casa que ya no pisará.
Es que pasó la edad de la piedad
silbando penumbra,
desmalezando este invierno.
Cada uno se ocupará de sus propias muertes,
de tejer el duelo y de abrir las ventanas
que creen que lloramos.
Mientras se rompe la vajilla del ajuar que nunca tuve,
me refugio en quien crea su viento en tilos:
el dispuesto a sembrar mariposas en mi patio.
Ahora todo deslumbra.
ahora demasiada luz,
¿cómo habrá hecho el gran señor
para crearla en sólo un día?
© María Laura Coppié
6 comentarios:
bello poema Maria Laura! cuántas imágenes que evocan e invocan!
"Él ama hacia el norte, yo apunto al sur y sin embargo" "Abraza la raíz que nos une" "Una nana seca mece la casa que ya no pisará" y muchas muchas más hermosas
gracias
norma starke
Bello de toda belleza.
Un abrazo grandote.
Alicia Márquez
Pude espiar en tus palabras: pena y belleza.
El dolor de la ruptura, las desolaciones y el lejano resplandor del amor que fue....abrazo! Inés Legarreta.
Amor, desolación y enorme entrega, imágenes que te llaman, que llegan. Bellas letras
Malala, una belleza !
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