Enramadas 
II
Trajo el vientre en el poema
sin voz ni sangre desperdiciada,
indiferente a Dios,
advirtiendo en un crepúsculo
una obra
una oración
            una
perenne orfandad
              sin
arrojo
               para
develar secretos
               
quirománticos futuros;
 después                                       
                          
nosotras los  concebimos.
© Susana Rozas

Lo infinito, el todo en su poema.
ResponderEliminardespués
ResponderEliminarnosotras los concebimos
La palabra surge visceral y el poeta la moldea desde su mirada única y exclusiva. Bellísimo poema!! Felicitaciones Susana.
Vilma Sastre