Poema de Bibi Albert

Veo, escucho, comprendo, amparo,

regalo una palabra como un beso,

como un canto de rocío,

abrazo, pienso, comparto, soy con el otro,

frontón, mano, muñeca, empuñadura,

furia, destreza que no sé de dónde sale,

demolición, niebla de polvo, pájaros,

lágrima, mansedumbre, eje, redondez,

invento, me creo maga,

le pregunto a mi sombra que siempre sabe más

de tanto ver la vida desde abajo

-contesta como puede, con su voz pisoteada-,

le respondo al silencio, sin romperlo.

Veo, escucho, comprendo, amparo.

La espalda se desboca y crece y se convierte en isla,

las manos se eucaliptan,

los ojos se me embarcan en tatuajes de cielo

y se me zigzaguea la columna

para que sea más fácil escalarme.

Veo, escucho, comprendo, amparo.

Me pierdo en mí, y me encuentro,

replicada en cristales

del buen caleidoscopio

en que soy del color con que me miren,

siempre distinta, siempre igual,

efímera y perfecta.

Todo me cabe, todo me carencia,

todo me engorda, todo me consuela,

todo desfleca el aura con que poso

para las estampitas.

© Bibi Albert