EL ÁRBOL DE LA VERDAD
“He comprendido que hay dos verdades,
una de las cuales jamás debe ser dicha.”
Albert Camus
El árbol de la verdad es venenoso.
Hay que ser muy intuitivo
para escoger los frutos,
pensar profundamente
si se justifica el riesgo.
Igual que con los hongos,
no todos son letales pero cómo saber.
Además, seguro que no vamos
tras pequeñas verdades
o verdades a medias o evidentes verdades.
No, somos intrépidos. Y tontos
angurrientos.
Queremos toda la verdad.
Si nos trepamos a juntarla,
como recolectores,
la ponzoña se nos mete por los poros.
Si se cae de madura
nos baña en su elocuencia y nos ahoga.
Si está muy verde enfermaremos
de sospechas masoquistas.
Si la mordemos,
por más que la escupamos al probarla,
ya habremos vislumbrado
el amargor que nada, ningún otro sabor
podrá borrar.
Y si no la paladeamos, para que pase
rápido,
no la digeriremos:
será el tumor que cada día
duela más, metástasis del alma.
Mejor ni pasar cerca.
Dejar al árbol allí, en su paisaje,
hasta ninguna temporada.
Eliminar su fruto de la dieta,
como al pez globo, el diario, el parapente.
Y reemplazarlo por alguna mentira
bien proteica, que haga sonreír a nuestro
espejo
y nos cante el arrorró con voz de siempre.
© Bibi Albert
ResponderEliminarSí Bibi. Lejos, muy lejos.
Y tu poema cerca, tan cerca y tan espléndido que duele.
Un abrazo,
Alicia Márquez
¡Me encantó lo de la mentira bien proteica! Y sí, Bibi, las necesitamos para vivir, quelevachaché. Y vos lo ecís tan bellamente...
ResponderEliminarEl poema,con tu fino humor, nos dice de nuestra sed de conocimiento. Mientras sea curiosidad,entendí, no importa, y si es querer saber "toda la verdad" al final siempre nos descubrimos misterio. Abrazo
ResponderEliminarBibi, el comienzo es una estocada... y casi en el final "el que haga sonreír a nuestro espejo" otra.
ResponderEliminarEn medio un poema que no tranza con mentiras y reflexiona sobre las verdades que a veces.. no la eliminamos de la dieta..
Abrazo!