Balada del hijo militante
A mi
hijo Federico
¿Sabés? El mundo canta, la historia se encabrita
en cada vibración de tu voz que recojo.
En labios de los
justos, cada palabra grita.
Serán los meridianos de tu joven arrojo
tus pulsos retumbando la indignación del día;
tus poros, desbordados de sudor terco y rojo.
Para otra hora queda la pequeña porfía,
para otros, el pellejo servil de acomodados,
los seductores páramos de la melancolía.
Porque el mundo se quiebra de niños astillados,
porque ya son milenios de errar de cuento en cuento,
porque los días con hambre siempre son demasiados.
Junto a tus compañeros se hará roca el cimiento,
la tierra será arcilla en sus manos dispuestas,
al techo hecho entre todos
no lo volará el viento.
Uno, a veces, sonríe con el dolor a cuestas
y hasta rejuvenece
cada invierno que pasa,
pues sabe que al empuje de las sangres enhiestas
su corazón y el mundo
serán la misma casa.
© Claudio Simiz
muy ya, muy de ahora tu poema, claudio, tan presente en este presente de niños astillados. me conmovió. abracito.susana zazzetti.
ResponderEliminar...su corazón y el mundo serán la misma casa" hermoso y esperanzador
ResponderEliminarMe has emocionado, Claudio. De ellos será el mundo, desearles fuerza, voluntad, solidaridad, y una sonrisa en los labios. Ojalá podamos ver una puntita de ese mundo. No nos queda mucho tiempo,pero tal vez...
ResponderEliminarBellísimo, profundo y doloroso
ResponderEliminarGraciela Barbero
Esa manera de hablar al hijo, de mostrar realidades y dejar levemente entredicho que ahí al lado está el padre, el sostén,vibrante poema.Un abrazo
ResponderEliminarBetty
Me gustó este poema, un padre que apuntala realidades cotidianas. Abrazos
ResponderEliminarRosa Lía
Bello tu poema, Claudio
ResponderEliminar"uno a veces sonríe con el dolor a cuestas" Lo estás viendo cruzar el puente que cruzaste
ResponderEliminarExtraordinario poema lleno de valentía y dolor. yA ES DEMASIADO, QUERIDO AMIGO. tE FELICITO PORQUE TU POEMA LATE COMO EL CORAZÓN DE TUS LECTORES.Un abrazo
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco