KITSCH
Me traje
el mar en la cartera.
Por
módicos diez pesos.
Un
pedazo de mar.
Me
esperaba,
solito,
inadvertible
-quién
lo habría de comprar, de no ser yo-,
un
apoyacelular entre otros adefesios
en un
estante de un negocio chino,
No
es que el mar que yo me traje
sea
de buen gusto, no,
pero
no importa.
El
mar es el mar.
Y
éste es para siempre mío,
sin
viajar, sin salir de mi casa,
sin
tiritar, sin viento.
¡Sin
embargo es tan un arrebato!
Un
gallo sorprendido por la era del hielo,
una
hoguera de cielo,
una
flor furibunda,
un
sopapo flamenco que me amorata nácar.
su
ola con baba de puntillas.
Me
amenaza
con
seguir el movimiento
y caérserme
encima despertándome del todo,
revolcándome,
haciéndome tragar
la
arena indescifrable de la resignación.
Cicatriza
las marcas de yerras reavivadas.
Me
perfuma de yodo.
Me
maquilla de azules.
Me
recuerda la espera.
Me
cuida. Me vigila. Me bautiza.
Me
fluja y me refluja.
Me
invita a alfonsinear
y
me rescata.
Tan
pedazo de mar.
Tan
marecito
que
cabe en media palma de mi mano.
Y
me enseña a nadar
por
fin
en
otras aguas.
©
Bibi Albert
bellísimo, como el mar.
ResponderEliminarTan particular BiBi como tu poema Un abrazo!
ResponderEliminarQué hermoso poema, con la calidad y la forma tuya de los sueños, de descripciones y creación inaudita.
ResponderEliminarCon cariño
Graciela Licciardi
Cuánta ternura en los versos!!
ResponderEliminarBravo.
Un pedacito de mar que cabe en la palma de la mano, rescata, invita a alfonsinear y enseña a nadar en aguas siempre de una ilusión...
ResponderEliminarMaria Cristina Fervier
Tu poema es un amor, un amorcito. ¿Qué tendrán esos objetos que, a pesar de chocar contra nuestro gusto, igualmente nos fascinan, nos tientan? Los asocio a la infancia, cuando uno miraba las cosas con la mirada despojada de estéticas y se dejaba llevar por el encanto que emanaba de ellas. Me encantó. Un beso. Adriana Maggio
ResponderEliminar¡Bellísimas imágenes, Bibi!
ResponderEliminar"...la ola con su baba de puntilla..."
Una maravilla de belleza y profundidad.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
ResponderEliminarCon este poema me pasa lo mismo que a Adriana Maggio. ¿Qué poder tendrán ciertas cosas, ciertos objetos que a pesar de que pueden no ser de nuestro gusto, nos tientan. Y sí, además, me remite a mi infancia y a mi amor por las cosas brillosas.
Abrazo.
Alicia Márquez
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarExcelente poema, Bibi, en tu estilo tan singular. Un abrazo
Qué pedazo de poemar, Bibi, o de marema. Me encantó. Besos.
ResponderEliminarMe encanta tu estilo, Bibi.Muy buenas imágenes y ese "me fluja y me refluja"...
ResponderEliminarQué gran metáfora este poema, Bibi, y sobre todo, con un final genial!
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