En otro mapa
Imposible tapar el olor de la locura.
Alicia Márquez
Y sin embargo
sigue amaneciendo.
Pero todo duele.
Duelen el humo,
y los martes salvajes,
los abrojos atragantados,
las olas de piedra,
las uñas, los dientes.
Pesan las deudas,
lastiman las flores en la tumba de al lado,
y el sótano lleno de golondrinas.
Habrá que tomar decisiones:
quemar los libros,
destruir la evidencia
y lenta y prolijamente
armar las valijas.
Buscar en otro horizonte
hasta que la luna ya no sea.
© María Laura Coppié
Como siempre, una hermosa, exquisita forma de decir de lo que desgarra.
ResponderEliminarUn beso
Será cuestión de abrir el sotano y dejar salir a las golondrinas en cautiverio ¿Será?
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ResponderEliminarTerriblemente bello, Malala. Los sótanos llenos de golondrinas aterran, pero tu poema las salva.
Un abrazo grande,
Alicia Márquez
buena construccion del dolor en tus versos, me gusto! beso
ResponderEliminarpatricia corrales
Y sin embargo, sigue amaneciendo. Algo así como que el mundo sigue andando, a pesar de la subjetividad del dolor. Hay esperanza.
ResponderEliminarMuy bello y desgarrador. Me conmovió especialmente "duelen las flores en la tumba de al lado", porque hace pensar en que el yo lírico también está en una tumba, o en que esa expresión es metafórica, y el yo se duele de la desgracia vecina, que sería generalizada. Todo duele, y mucho, en este texto. Un abrazo. Adriana Maggio
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