6/2/13

Poema de maría Laura Coppié


Lo que se deja atrás
de vez en cuando nos pisa los talones.
Verónica Peñaloza

 


Ahora te digo estás?,
Más tarde me contestás toc, toc
en el permanente desencuentro
de tiempo, kilómetros y sueños
y nuestros hijos no son nuestros hijos.
Aunque todavía nos espere la esquina de Roma
y el azar entre los dedos
y nos amemos en los labios jóvenes
de las madrugadas de Floresta,
en todas esas primeras veces,
en el tobogán de los 20
y los insectos y la risa y la rabia,
en las ostras con sus perlas y silencios,
entre la humedad de las ramas que juntamos,
pegados los mimos
al passepartout celeste del cuadrito
que dejaste porque tu valija no tendría paredes,
en la esquina de la iglesia redonda
donde queríamos casarnos 

ahora, más tarde, siempre
tan hombre
frente a lo absolutamente olvidable
a pesar de lo que insista
esta mala necia ley.

 

© María Laura Coppié

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...



Sí. Era otro tiempo, mucho más amable, mucho más bueno.
Y tu poema, desgarrador y dulcísimo.

Un abrazo,

Alicia Márquez

6 de febrero de 2013, 18:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Conmemorar otros dias que pasaron y dejaron huellas , casi todos sucumbimos ante eso, me gustó el poema

maria elena tolosa

7 de febrero de 2013, 0:28  
Blogger Elisabet Cincotta ha dicho...

Los recuerdos de lo que no fue en tu poema que nos lleva a otros recuerdos.

Abrazos
Elisabet

7 de febrero de 2013, 17:29  
Blogger Adriana ha dicho...

¡Muy bueno! Involucra al lector desde el principio, y le llena el alma de nostalgia. Tantas cosas hubieran sido posibles... pero se abandonaron, como si el tiempo -más adelante- fuera a permitirnos recuperarlas. Es una poética declaración de que hay que vivir cada instante como lo que es, único, porque una vez que pasó, es irrecuperable. Muy eficaz, la acidez de los últimos versos. Un abrazo. Adriana Maggio

17 de febrero de 2013, 10:33  

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