De los
huesos a la sangre
En
memoria de Mariano Ferreyra,
que pudo ser
mi hijo, y acaso lo sea de mí, de vos, de todos…
Mariano, compañero, seguimos el sendero
que trazan tus insomnes, tus fragorosos
huesos,
la senda compartida del sueño verdadero.
Esa tarde tus fémures, ágiles como besos
se afilaban gritando por tanto compañero
con los puños cerrados y los húmeros presos.
Frente a vos, demagogos de huesos infecciosos,
burócratas de gris osamenta atrofiada,
matones de testuces serviles, tenebrosos.
Y en la calle quedó tu sangre anonadada
y el
canto de justicia se hizo grito de espanto
y la
muerte encendió su boca descarnada.
Mas fuimos diez, cien, miles fundidos en un llanto
que ahora el esqueleto del mundo lleva impreso
con fiereza de sangre que se eleva hasta el
canto.
Porque si no hay JUSTICIA, el HOMBRE sigue
preso,
porque todas las manos caben hoy en tu mano,
porque toda la sangre se genera en el hueso,
aquí nadie está afuera, compañero Mariano.
© Claudio Simiz
Muy buen homenaje
ResponderEliminarAbarzos
Marta Zabaleta
y estas lágrimas verdaderas, claudio, por él, por tantos, por estas palabras tuyas que hubiera querido decir exactamente de esta forma, y no puedo. gracias . susana zazzetti.
ResponderEliminarExcelente manera de enfocar un sentimiento, que comparte.
ResponderEliminarUn abrazo, Profesor
susana
Seremos el día y la noche, Claudio, Amigo... pero al igual que ellos, de seguro hacemos falta en nuestro humilde universo suburbano. Y en lo tuyo hay belleza!
ResponderEliminarUn poema que por cierto no olvida, que machaca el alma con el dolor de aquello, que nos tritura el corazón con válidos argumentos. Excelente poema.
ResponderEliminarLily Chavez
Un poema que por cierto no olvida, que machaca el alma con el dolor de aquello, que nos tritura el corazón con válidos argumentos. Excelente poema.
ResponderEliminarLily Chavez
Querido Claudio, un placer leerte... "aquí nadie está afuera"... bello
ResponderEliminarUn homenaje profundo al que me sumo, todas las palabras son pocas pero estas alcansaron para llegar a ese lugar lleno de misterio que se sueña pero no se puede palpar
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Grande Claudio, bella elegía
ResponderEliminarWalter Mondragón
Sensible, profundo homenaje a un hijo de todos, gracias por escribirlo, Claudio, un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarClaudio:
ResponderEliminarUn vigoroso y sentido poema, un grito de justicia doloroso. Me ha conmovido mucho.
Un abrazo
Carmen Amato
un grito de justicia, que nos llega a todos, porque todos conocemos de cerca ese dolor.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
Una denuncia con todas las fuerzas unidas. llega y duele. Un abrazo.Felicitaciones. Gastón Sequeira
ResponderEliminarEs cierto, Claudio: todos estamos dentro!!
ResponderEliminarBesossssssss
Amigos, agradezco especialmente sus comentarios a este pequeño homenaje. Entiendo que sus imperfecciones, entonación y "ocasionalidad" pueden no armonizar cabalmente con la tónica de la página, pero siento que ha ayudado a reflotar conexiones, destellos que acaso estuvieran esperando "su momento". Al menos esa es mi esperanza.
ResponderEliminarDesde el cuore, Claudio