
LA CASA INTERIOR
Algún extraño
golpeó para quejarse.
Ya no se soporta
el hedor de esta casa,
hedor de tantas confesiones,
de tanto dormir el alma y
que no hable,
de tanto apagar
la palabra seca,
el sueño que no existe
y que no salga.
Ya ni se puede secretear con el dolor;
nuestro cuerpo es una
trampa que lo aquieta,
lo circunda
y lo pudre.
© Irene Gruss
paralelismo impecable de fondo ( casa) y forma ( tu palabra que dice tanto, tanto de lo que guarda la puerta cerrada). hermosísimo.susana zazzetti.
ResponderEliminarOh Irene, qué poema,profundo, hasta diría doloroso y con una foto tan bien elegida por Gus.
ResponderEliminarLily Chavez
Irene, querida, fantástico poma. "El hedor de esta casa":maravillosa imagen que se va desarrrollando e incrementando su ya impactante y fuerte significado. Como siempre, es un placer leerte. Beso
ResponderEliminarLeyéndolo, sentí algo así como una piña en el estómago, mi víscera más sensible. Estupendo poema.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella