
la muchacha
deambula sus manos
sobre la pared asfixiándose
y al derrumbarse
cae al centro
de mi olvido
antes de la sangre
le anuncio por última vez
que en un minuto
caben dentro de mis ojos cerrados
todos los sueños del mundo
por puro placer menesteroso
© Leo Mercado
Ese último verso, estimado Leo, ¿ves?, lo hubiera entusiasmado a Carver (influenciado por unas apreciaciones de él sobre poesía es que te mando un saludo amistoso).
ResponderEliminarRR
*
Un lindo poema.Marta
ResponderEliminarComplaciente poema, también a mí me causó sensación ese último verso. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
En un intuto cabe todo, y tod está ahí dentro.
ResponderEliminarFelicidades
David Rosales
un todo bellísimo, reafirmado por el fantástico último verso. abracito. susana zazzetti.
ResponderEliminarLeo:
ResponderEliminarEse placer menesteroso cae justo al centro, logrando, el perfecto efecto deseado.
Me encantó leerle.
Sonia