
EL QUE CALUMNIA
Avanza con el tridente
esparciendo el aliento de la flor envenenada,
desplegando sus palabras de espinas
clavando los surcos
por donde el ultraje quema.
Mientras, muerde cada cavilación,
cada intersticio de la lengua
y sus escamas resplandecen con cada victoria.
Entonces, el viejo animal trepa a su muralla
y mira alrededor
y no hay nadie, nadie.
Está solo con su magma.
Ni siquiera puede llorar.
© Amalia Mercedes Abaria
Muchas gracias Gustavo!! te mando un gran abrazo
ResponderEliminarAmalia M. Abaria
Amalia: fuerte y contundente este poema al que tus imágenes redondean maravillosamente.
ResponderEliminarCuánto pudiste decir en tan solo unos versos, todos cargados de un marcado lirismo dramático.
Cariños,
Gra Bucci
Fuerte poema, de tanta realidad que nos hace pensar en cada uno de nosotros y por todo lo que a veces se pasa cuando nos llega ese aliento de flor envenenada. Muy bien Amelia!
ResponderEliminarLily Chavez
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Amalia: estupendo poema. Te felicito.
Gracias amigos, abrazo a todos!
ResponderEliminarAmalia