A-penas
Otra vez alunece a mis espaldas.
Buenos Aires es una puntilla
decorando el horizonte.
Voy, proa lenta,
abriéndome paso entre el barro.
Espero el milagro.
Me abrigo.
Acaba sobre mí este miércoles
que huele a viaje.
Entre esos guiños
alguien me espera.
A esta que soy hoy.
A ésta.
Unos brazos que aún creen.
A pesar de.
A través de.
A mí.
¿Nos habremos dormido
durante el carnaval?
¿Se cerrará el telón
después de la función?
¿O seremos
por fin
el aplauso?
© María Laura Coppié
Me complajo las dos veces (la segunda con detenimiento) que leí tu poema, María Laura, y me complace decírtelo.
ResponderEliminar"¡¿Nos habremos dormido
durante el carnaval?!"
*
Rolando
*
Hola Malala, creo que, definitivamente, es el aplauso.
ResponderEliminarGrande, Malala!
ResponderEliminarUn abrazo.
Alicia Márquez
Creo que siempre hay un final con aplausos
ResponderEliminarmaria elena tolosa
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarEstupendo poema, Mamá Laura. Un abrazo.
Muy bueno, muy bueno, María Laura, para mí eres aplausos. Un abrazo. Antonio.
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